Xavier Aldekoa: "Si África no deja de lamerse las heridas coloniales, no dejará de ser una víctima anclada al pasado"

Xavier Aldekoa, periodista que cubre la información de diversos países africanos.
Xavier Aldekoa, periodista que cubre la información de diversos países africanos.
JORGE PARIS
Xavier Aldekoa, periodista que cubre la información de diversos países africanos.

Apenas cuatro meses necesitaron las potencias del siglo XX para repartirse 30,37 millones de kilómetros cuadrados, o lo que es lo mismo: África. "¿Somos capaces de ponernos de acuerdo para explotar el continente entero pero cuando se trata de salvar vidas es muy complicado? Eso es obsceno".

Xavier Aldekoa, a sus 37 años, se dedica a fabricar unos puentes muy especiales. Son invisibles, y su función es la de conectar la realidad de los pueblos africanos con la de Occidente. "A veces tengo la sensación de que la gente piensa que estoy explicando otro puto mundo", pero "no somos tan diferentes". Ese "mundo" de tez oscura es el que lucha por acercar a los lectores desde que es periodista, pero no de redacción; periodista con las botas manchadas de barro, con la piel enrojecida por el sol, con los ojos abiertos, pero los oídos más. Indestructibles (ed. Península) es su tercer libro. En él condensa la actualidad africana a través de las historias más personales de sus gentes.

En el libro incluye a su familia en las historias. ¿Por qué?

Creí que el hecho de llevar de la mano al lector a través de un ejemplo mío podía hacer que la gente se atreviera a cruzar esos puentes. Recuerdo una vez que Lena [su hija] y yo estábamos mirando el juguete que le íbamos a llevar a un niño del desierto. Le propuse que le llevásemos un peluche, y ella me respondió: "No, un peluche no que se le va a llenar de arena". Me di cuenta de que, aunque mi hija no ha vivido una hambruna o no ha tenido un problema de matrimonio infantil, nos parecemos muchísimo, no somos tan diferentes. A veces tengo la sensación de que la gente piensa que estoy explicando otro puto mundo.

Además de periodista, es padre. ¿A veces no le echa para atrás cubrir crisis como la del ébola o el grupo yihadista Boko Haram?

Ser padre no me ha cambiado la decisión de asumir el riesgo necesario cuando la historia lo merece. Lo que sí intento es reducirlo. Antes era un kamikaze de la leche, y si tenía que hacer 200.000 km en motocicleta porque así me ahorraba un avión, tira. Si había que conducir de noche, tira. Tira porque te sientes invencible. Acabo de volver de Congo, donde he estado con un grupo rebelde dentro de la selva que está en activo, y ahí estaba con gente armada, borracha... La historia merece ese riesgo, pero todo lo que sea evitable, procuro evitarlo.

Define Indestructibles como un libro de seres humanos que no se rinden. ¿Usted alguna vez ha pensado en rendirse?

Sí, claro. En el mundo freelance quien no haya pensado en tirar la toalla, miente. Hay veces que no te contestan los mails, ves un cierto desprecio hacia tu trabajo por parte de compañeros o jefes, cuesta pagar las facturas... Por suerte, esa sensación me dura poco, porque me encanta lo que hago. Cuando he vuelto de Congo, pensaba en el paisaje, que era bonito hasta ahogarse. Además, me sigo sorprendiendo: allí, el general del grupo era un hijo de puta. Me decía: "Yo no he pillado a estos niños soldado, yo los he cuidado porque mataron a sus padres y les acogí: me he convertido en su padre". Reclutar a un niño soldado es un crimen contra la humanidad, pero es que veías que esos niños no tenían otro sitio al que ir. El tío era un cabronazo, pero es que... ¿cómo no serlo?

Xavier Aldekoa, periodista que cubre la información de África y que acaba de publicar su tercer libro, Indestructibles.
Xavier Aldekoa, periodista que cubre la información de África y que acaba de publicar su tercer libro, Indestructibles.

Recoge la siguiente frase en su libro: "La miseria de Europa es la riqueza de África". ¿Cómo la interpreta?

Creo que esa frase se refería a una cuestión de valores. Desde aquí [Europa] no les estamos fallando a ellos: nos estamos fallando a nosotros mismos. Nos estamos dejando llevar por el miedo.

¿Por el miedo a qué?

El miedo a perder nuestros privilegios y el miedo al otro. Lo que están haciendo los partidos políticos más populistas de extrema derecha es convertir la cuestión de quién es víctima en una posición estratégica para utilizarla como pretexto. Por eso, quienes se ahogan, quienes se mueren en el desierto, de repente se convierten en nuestros agresores y nosotros en las víctimas. Dicen que vienen a quitarnos el trabajo, a quitarnos la cultura... y eso es perverso. La víctima no tiene que dar explicaciones, y ese es precisamente el sueño de cualquier poder: no tener que justificarse. Eso solo funciona si consigues que haya miedo, y pasar del miedo al odio es fácil.

En el programa Salvados, el papa Francisco dijo: "No entiendo la injusticia de hambre y explotación que hace que la gente venga a Europa, y no entiendo la injusticia de quien cierra las puertas. La madre Europa se volvió abuela".

Primero matizaría que la Iglesia podría tener una fuerza mucho mayor que solo de faro moral. Pero sí, hay que primero señalar a la obscenidad de Europa. Parece imposible que nos pongamos de acuerdo en que no puede ser que miles de personas se ahoguen en el Mediterráneo, pero ¿perdona? ¿Somos capaces de ponernos de acuerdo para explotar el continente entero pero cuando se trata de salvar vidas es muy complicado? Eso es obsceno.

¿Cuál es el papel de la Iglesia en África?

Si entiendes la Iglesia como una estructura de poder o de influencia social no soy tan optimista, porque la entrada de la Iglesia significa unas normas que en algunos casos han sido muy perjudiciales. El no uso del condón hizo que el sida se propagase de una manera brutal. Toda su visión del aborto, incluso cuando hay una violación, ha ido siempre en detrimento de la mujer. Sin embargo, si entendemos la Iglesia como todos esos miles de personas que tienen fe e intentan ayudar a los demás, me he encontrado a religiosos en África ante los que me quito en sombrero.

¿Cómo desmontaría la afirmación de que nos están invadiendo por el Mediterráneo?

Es que se cae por su propio peso. La mayoría de africanos no quieren venir a Europa: de los más de 15 millones que dejan su hogar, el 95% van a otros países africanos. En los años en los que ha habido mucha migración, solo han pasado 150.000 por el mar, y estamos hablando de 15 millones. Cuando recorría las rutas migratorias africanas, me daba cuenta de que la motivación principal no tenía tanto que ver con el dinero como con el amor a los suyos, y eso significa que la gran mayoría de ellos quieren venir a Europa para trabajar un tiempo y volver a casa. Además, es gente que puede ayudar a nuestra economía, que puede ayudar al problema que tenemos de natalidad y envejecimiento en Europa.

Xavier Aldekoa, periodista que cubre la información de África y que acaba de publicar su tercer libro, Indestructibles.
Xavier Aldekoa, periodista que cubre la información de África y que acaba de publicar su tercer libro, Indestructibles.

¿Cree que la cultura de los pueblos africanos se ha ido occidentalizando con el paso del tiempo?

No sé si occidentalizando o modernizando. Lo que he visto sobre todo es una inundación de camisetas falsas de equipos de fútbol [se ríe]. La capacidad de movimiento se ha multiplicado en el mundo. Nuestros padres tenían unas posibilidades de moverse menores a las nuestras, pero eso no es nada comparado con lo que vive ahora mismo África. Hace 75 años en Congo había gente que no es que no se pudiera plantear llegar a Europa, es que no sabía de su existencia. El mundo se ha hecho muchísimo más pequeño.

¿Qué deberíamos aprender de África?

El valor que tiene vivir en comunidad, regalar el tiempo a los demás, cuidar a los demás... El amor por la cultura como algo central en tu vida y, también, que el valor de las cosas no viene determinado por el uso que le podamos dar nosotros, si no el suyo propio. Tenemos que dejarnos de mirar tanto el ombligo, que nos va a reventar el estómago, y ver que hay otra manera de ver las cosas.

¿El pasado colonial de África se ha convertido en una excusa para algunos dirigentes africanos que no saben solucionar sus problemas?

[Tarda en responder] Sí. Y esa victimización no la utilizan solo los gobiernos; también hay partes de la sociedad que se agarran a ese pasado injusto y cruel, que es cierto que existe. Yo pongo el acento en toda la culpa histórica que tenemos en Occidente, pero la corrupción y la mala gobernanza son grandes problemas. Nadie niega que África sea un continente explotado, pero si solo se lamen las heridas, no dejarán de ser una víctima anclada al pasado.

Un fotógrafo de Mali que aparece en el libro dice que en su país la música y el cine les hicieron evolucionar más que la independencia.

No se puede definir África sin la cultura. La fotografía, la música, el teatro... tienen una importancia tremenda en la vida de los africanos de manera diaria. La música forma parte de los funerales, de la expresión de alegría, de la convivencia con los amigos. Es extraordinario que un fotógrafo que ha sido un gran testigo de la historia de su país te diga que la cultura les hace libres. Es la constatación de que es así.

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